Son muchas las compañías que prefieren no poner a su plantilla al tanto de sus nuevos proyectos para que los secretos internos no se filtren. Sin embargo, Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, lleva una década compartiendo secretos con sus empleados en sesiones de preguntas y respuestas que se celebran cada viernes. Y lo más asombroso […]


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Son muchas las compañías que prefieren no poner a su plantilla al tanto de sus nuevos proyectos para que los secretos internos no se filtren.

Sin embargo, Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, lleva una década compartiendo secretos con sus empleados en sesiones de preguntas y respuestas que se celebran cada viernes.

Y lo más asombroso es que casi ninguno de estos secretos se ha filtrado, informa la cadena CNBC.

Fuentes citadas por CNBC informan que Zuckerberg aprovecha estas reuniones semanales para poner al tanto a sus 16.000 empleados de los futuros proyectos de la compañía o para compartir su opinión sobre las novedades presentadas por las rivales de Facebook.

En estas reuniones no hay restricciones y toda la plantilla, incluso los pasantes, tienen acceso a ellas.

«Este nivel de transparencia es impactante cuando lo ves por primera vez. Y hay algo especial en saber que recibes una respuesta sin restricciones», afirma un exempleado.

Este sentimiento especial de que los empleados tienen acceso a la información interna, junto a la actitud abierta de Zuckerberg, que dice lo que piensa sin guión, contribuye a que lo que pasa en las reuniones se quede dentro de ellas.

«Si queremos conservar esta cultura abierta, hay que atenerse a un pacto [de no filtrar los secretos], explica otro ex empleado.

También existen pactos formales durante el entrenamiento de nuevos empleados, a los que se avisa de que pueden ser despedidos por filtrar información de la compañía. Y Zuckerberg habitualmente recuerda a los empleados que sus reuniones son solamente para uso privado.

Pero también existe otro factor disuasorio: la vergüenza. Más de media docena de trabajadores y exempleados mencionaron la eventual presión de los compañeros como un motivo clave para guardar secretos. «No se traiciona una familia», explica uno de ellos.

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Fuente: RT








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