Santo Domingo pasó de 7 mil a 360 mil habitantes en 50 años, indican estadísticas. Historiadores, sociólogos y arquitectos coinciden en que la ciudad superó las expectativas de crecimiento demográfico, pero que mantiene pendiente el desarrollo social y económico.


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Santo Domingo pasó de 7 mil a 360 mil habitantes en 50 años, indican estadísticas. Historiadores, sociólogos y arquitectos coinciden en que la ciudad superó las expectativas de crecimiento demográfico, pero que mantiene pendiente el desarrollo social y económico, como satisfacer necesidades básicas de la población y convertirse en el eje nacional de comunicación vial entre Sierra y Costa.

En 1950, Santo Domingo era parroquia de Quito. En 1967 fue elevada a cantón de Pichincha, en medio de discrepancias limítrofes con Manabí.

Patricio Velarde, sociólogo e historiador, explica que la superficie del cantón era de 10 hectáreas. Hoy, su territorio alcanza las 14 mil hectáreas.

Velarde señala varios motivos del acelerado crecimiento poblacional. Uno, que Santo Domingo fue parte de un plan de colonización aplicado en la década del sesenta. Otra, la posesión de tierras de la Reforma Agraria y el inicio de la construcción de vías para conectar Sierra y Costa, como la carretera Alóag-Santo Domingo.

“La ciudad se desbordó y el problema en atención a la población se fue de las manos”, expresa Velarde al analizar el crecimiento poblacional frente al desarrollo social y económico.

En el 2007 se convirtió en la capital de la naciente provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas. La ciudad ha tenido siete alcaldes y, según el analista en desarrollo urbano Víctor Hugo Torres, cada administración logró avances significativos, pero no ha logrado superar problemas como la falta de agua potable y alcantarillado.

“Se ha hecho bastante. En 50 años hemos logrado lo que a otras ciudades les ha costado más años, pero satisfacer los servicios básicos ha sido el teme pendiente”, dice Torres.

Una inversión considerable en agua potable se registró en la administración de Verónica Zurita, según el analista. “Se invirtió más de $ 100 millones que nos ayudó a igualarnos en este déficit de atención”, dice.

Torres y Velarde identifican tres puntos que han permitido desarrollarse al cantón: la colonización, cuando llegaron habitantes de otros sitios del país; la cantonización, que ayudó a resolver conflictos territoriales; y la provincialización tsáchila, que prácticamente permitió convertir a Santo Domingo en una provincia que recibió más fondos del Gobierno.

En una rendición de cuentas, el alcalde Víctor Manuel Quirola señala que se aplica un modelo para convertir al cantón en una ciudad policéntrica, que para ello se han invertido $ 20 millones en proyectos viales en barrios y cooperativas.

En organización territorial se reubica a comerciantes. En el mercado municipal, que tenía 50 años, se invirtieron $ 11 millones. En agua potable y alcantarillado, en un plan se direccionaron $ 7,5 millones para colocar 124 km de tubería y entregar el líquido a 27 sectores.

Quirola expresa que se trabaja en mancomunidad con otros municipios, en pro del desarrollo y bienestar humano, como la obra de un centro regional de faenamiento que se trabaja con El Carmen, Manabí y La Concordia, segundo cantón de Santo Domingo de los Tsáchilas.

“Se va a reactivar la economía de al menos 20 mil hectáreas de Santo Domingo, ya que tiene una importancia regional”, sostiene el alcalde.

Hay un plan de movilidad de buses urbanos, que lo utilizan el 80% de la población. Se prevé contar con el aporte de gobiernos extranjeros, como Francia y China, y del Banco Interamericano de Desarrollo.

 

Fuente: EU








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