Una sanción contra Kenji Fujimori por parte del poderoso partido que lidera su hermana Keiko en Perú, desató una guerra interna de lealtades, en la que el patriarca preso, el expresidente Alberto Fujimori, salió en defensa del benjamín de la familia.


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Una sanción contra Kenji Fujimori por parte del poderoso partido que lidera su hermana Keiko en Perú, desató una guerra interna de lealtades, en la que el patriarca preso, el expresidente Alberto Fujimori, salió en defensa del benjamín de la familia.

El hecho evidenció la existencia de dos tendencias dentro del partido: la nueva guardia, del lado de Keiko, y la vieja, con postergados excolaboradores y exministros de Fujimori padre, que han cerrado filas en torno a Kenji, el menor del clan.

Las críticas públicas de Kenji a la forma en que la opositora fujimorista Fuerza Popular fustiga al gobierno de Pedro Pablo Kucyznski, y los cuestionamientos al liderazgo y a los asesores con los que se ha rodeado su hermana, le valieron una suspensión de 60 días de militancia.

Lo acusan de «inconductas reiteradas, permanentes y planificadas las que tuvieron una repercusión negativa y generaron un grave daño a la imagen del grupo parlamentario».

Según ellos, el hijo del exmandatario vulneró el reglamento en varios mensajes de Twitter, con «actos contra la unidad» y la «fraternidad».

Fuerza Popular controla el Congreso y tiene en Kenji, de 37 años, al legislador con mayor votación recibida. El menor de los Fujimori ha criticado la forma en que sus colegas de bancada arrinconaban al gobierno, que perdió tres ministros a manos del Parlamento.

Cuando su partido negó la confianza y empujó la renuncia del ministro de Economía, él se abstuvo incluso de votar, y en uno de sus comentarios en Twitter comparó a sus colegas con los leones del Coliseo Romano.

Kenji además ha pedido una reestructuración de Fuerza Popular y cambiar a los asesores de la agrupación, luego de sufrir dos derrotas consecutivas en las presidenciales, en las que su hermana fue la candidata.

En defensa del hijo

El expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), quien cumple una condena de 25 años por crímenes de corrupción y contra los derechos humanos, reclamó por su hijo.

«Hasta ahora me sigo preguntando por qué han sancionado a Kenji. ¿Porque ha estado construyendo puentes con el gobierno pensando en el Perú? ¿Porque ha estado luchando como buen hijo por la libertad de su padre?», escribió, a través de una cuenta de Twitter autorizada por él.

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«¿Esto constituye ser infraterno y desleal? Kenji ha actuado honestamente con su conciencia. ¡Creo que los infraternos y desleales son otros!», añadió Fujimori, quien también rechazó las críticas a su hijo por haber llevado vituallas al expresidente Ollanta Humala, recluido recientemente en la misma prisión que él.

Kenji incluso ha sido solidario con causas de las minorías, frente a su conservador partido de derecha.

Keiko también respondió en Twitter: «A mi Padre: Te quiero mucho, te respeto y seguiré luchando por tu libertad, porque sé que eres inocente», dijo. Aseguró que en su agrupación las normas están para cumplirse y la institucionalidad debe perdurar en el tiempo «más allá de los apellidos».

La vieja y la nueva guardia

En una carta, 23 de los 71 legisladores fujimoristas respaldaron a Kenji y pidieron a Keiko que desista del proceso disciplinario pues «sería como generar una especie de justicia entre hermanos, que dañaría el partido».

Para el legislador Héctor Becerril -de la facción «keikista»- Kenji ha atacado de forma sistemática a Fuerza Popular. En tanto, otro del mismo bando, Rolando Reátegui, pidió a Alberto Fujimori «que se tranquilice y tome agua de azahar», marcando distancia del patriarca.

Pero la vieja guardia fujimorista salió al rescate de Kenji. «Son dos hermanos que se han llevado bien, con cariño y respeto. Hay que respetar las ideas de Kenji. No son malévolas, es un muchacho que dice lo que piensa y, dentro de su poco trayecto político, puede cometer errores pero no es motivo para que lo separen 60 días», dijo la exministra fujimorista Luisa María Cuculiza.

En tanto, el exministro de Salud y médico de Fujimori padre, Alejandro Aguinaga, cuestionó que se sancione a Kenji por sus opiniones y no se haga nada con asesores de Keiko que han sido cuestionados incluso por manejo irregular de dinero.

Kenji, que durante el periodo de sanción no pierde sus derechos parlamentarios, ha sido más abierto a tender puentes con el gobierno que su hermana y partido, que han mantenido contra las cuerdas a Kuczynski durante su primer año de gestión.

Una reciente reunión entre Kuczynski y Keiko Fujimori parece marcar un punto de quiebre y, para algunos analistas, la actitud de Kenji ha tenido mucho que ver.

Más allá de las diferencias, ambos hermanos trabajan, a su modo, para que su padre pueda dejar la cárcel, ya sea vía indulto o recursos judiciales.

 

 



Fuente El Telégrafo





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