Dos actores de películas para adultos confundidos con científicos, afirmaciones de que Facebook o WhatsApp ya no serán gratuitas, y hasta audios que circulan anunciando la réplica de sismos y desastres naturales, son algunas de las noticias falsas (Fake News), que han circulado por la útil pero muchas veces imprecisa Red.


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Con información de eltiempo.com.ec

Dos actores de películas para adultos confundidos con científicos, afirmaciones de que Facebook o WhatsApp ya no serán gratuitas, y hasta audios que circulan anunciando la réplica de sismos y desastres naturales, son algunas de las noticias falsas que han circulado por la útil pero muchas veces imprecisa Red.

Aunque el término aún parece nuevo, las noticias falsas existen desde la Antigua Grecia, pero las redes sociales han logrado viralizarlas a mayor velocidad.

Las ‘fake news’ como comúnmente se las conoce, tienen su origen en la Antigua Grecia, según un artículo publicado por diario El País de España, que hace referencia al ensayo escrito por el historiador francés Marc Bloch, en 1921. “Un error solo se propaga y se amplifica, solo cobra vida con una condición: encontrar en la sociedad en la que se expande, un caldo de cultivo favorable”, afirma Bloch en su trabajo.

Con él coincide el periodista de la BBC de Londres y catedrático de la Universidad del Azuay, Matías Zibell, quien indica que lo que hicieron las redes sociales con las ‘fake news’ o noticias falsas fue aumentar la capacidad de generarlas y viralizarlas a mayor velocidad.

Además, el docente explica que este tipo de noticias se pueden originar de varias maneras: “Pueden nacer en el seno de gobiernos, partidos políticos, operadores económicos o simplemente gente que se divierte comprobando cómo los medios tradicionales, y el público en general, terminan publicando y viralizando historias que ellos inventaron”.

‘Efecto burbuja’

Christian Espinosa, experto en comunicación y cobertura digital, habla sobre un fenómeno que juega un papel importante en las noticias falsas y que se conoce como ‘efecto burbuja’, que consiste en las ganas de las personas de compartir contenido con el que se identifican. Cuando esto ocurre, dice, no se mide el nivel de verificación, solo se lo comparte y propaga con gran rapidez.

Consecuencias

Para Matías Zibell, las consecuencias de inventar y compartir esta información afecta no solo a los profesionales dedicados a investigar, difundir y revelar hechos, sino a todos.

“Nuestra reputación se mide en cada post que compartimos, y si es falso, irá socavando nuestra credibilidad”, afirma Christian Espinosa, quien también advierte que en época de campaña electoral, las fake news son un recurso reiterado a la hora de atacar al candidato opuesto, a través de la divulgación de mensajes que provocan miedo en los votantes.

Zibell concuerda, pues dice que son herramientas calculadas para lograr un objetivo, más que bromas pesadas improvisadas”. Recomienda además, los cinco consejos publicados por la BBC de Londres, para evitar caer en la red de la información falsa.

Lo primordial es desarrollar el hábito de desconfiar e investigar sobre el contenido que llega a las redes sociales, antes de compartirlo.
Las fake news se asientan en un analfabetismo digital, y prevenirlas debería ser parte de una política de Estado”.

 








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