Los últimos cálculos de los efectos de la reforma sanitaria que impulsan los republicanos no arrojan sorpresas ni grandes saltos respecto a las primeras propuestas.


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Los últimos cálculos de los efectos de la reforma sanitaria que impulsan los republicanos no arrojan sorpresas ni grandes saltos respecto a las primeras propuestas.

El texto que se encuentra ahora en el Senado dejaría sin seguro a 15 millones de personas más que la legislación actual, según el informe que ha publicado este lunes la Oficina Presupuestaria del Congreso, lo que supone tan solo un millón más que los 14 millones de damnificados que se estimaron en la legislación que bendijo la Cámara de Representantes el pasado mayo. También la diferencia es muy estrecha en la previsión para 2026, si la propuesta anterior situaba en 23 millones los ciudadanos excluidos de la cobertura, la actual los deja en 22 millones.

La Oficina Presupuestaria del Congreso, que es un organismo independiente, no ha servido para despejar dudas sobre una legislación muy controvertida dentro de los propios conservadores: estaban de acuerdo desde el principio en demoler la famosa reforma de Barack Obama, lo que resultó una promesa electoral estrella de Donald Trump, pero no han logrado aún ponerse de acuerdo en el modelo para sustituirla. Los republicanos cuentan con una mayoría en la Cámara de 52 a 48 puestos, pero al menos cinco senadores han mostrado recelos al último borrador.

En la Cámara de Representantes, el partido del presidente logró aprobar una propuesta el pasado 5 de mayo después de duras negociaciones y con tan solo cuatro votos de diferencia. Ahora, una versión similar de esa legislación, que tiene que votar el Senado, no se encuentra con menos dificultades -ni tampoco con un diagnóstico de sus efectos muy diferente que ayude a cambiar posiciones- aunque siguen tratando de darle luz verde antes de las vacaciones del 4 de julio.

En unas décadas, si la reforma entra en vigor en su última versión, bajará el déficit público federal en 321.000 millones de dólares, lo que en este caso sí supone una diferencia notable respecto al cálculo que hizo la misma oficina presupuestaria de la legislación aprobada por la Cámara de Representantes (119.000 millones) pero queda cerca de la primera estimación, publicada en marzo y correspondiente a la propuesta de Trump, de 337.000 millones.

Influye que el texto del Senado reducirá el texto federal en subsidios para gente que compra pólizas de seguro de salud individuales en mayor medida que la versión que se aprobó en la Cámara de Representantes, con un recorte de créditos fiscales en una década de 408.000 millones.

Este cálculo mejora el panorama en cuanto al ahorro de dólares contantes y sonantes, pero no soluciona los problemas de los senadores que temen los efectos en la población de sus estados. La reforma aprobada, además de excluir a millones de personas del seguro, reduciría la expansión de Medicaid —el programa de sanidad pública para personas de pocos recursos— y aumentaría los costes mensuales. En concreto, si con la actual ley de Obama son 28 millones los estadounidenses que se quedarán sin cobertura en 2026, con la reforma planteada el número de afectados se elevará a 49.

Un comunicado de la Casa Blanca negó fiabilidad a estas previsiones y recordó que habían fallado en el pasado con Obamacare, la reforma de Obama que, insisten, «ha fallado a los estadounidenses durante demasiado tiempo».

El líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, trata de sacar adelante la votación esta semana, pero algunos senadores han mostrado sus recelos, como Rand Paul de Kentucky, la senadora de Nevada Dean Heller, Ted Cruz, de Texas, o Mike Lee, de Utah. La batalla por la contrarreforma sanitaria de Obama aún sigue abierta.

 

Fuente: Internacional el País








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