No hubo preguntas incómodas. Los legisladores de la Comisión Lava Jato que ayer interrogaron al ex presidente Alan García le plantearon en su mayoría interrogantes genéricas y de opinión personal acerca de las coimas que Odebrecht reveló que entregó durante su gobierno.


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No hubo preguntas incómodas. Los legisladores de la Comisión Lava Jato que ayer interrogaron al ex presidente Alan García le plantearon en su mayoría interrogantes genéricas y de opinión personal acerca de las coimas que Odebrecht reveló que entregó durante su gobierno.

Esos pagos fueron de casi US$8 millones, según reveló en su momento el ex representante de la firma brasileña en el Perú Jorge Barata, por la adjudicación de los tramos 1 y 2 de la línea 1 del metro de Lima.

Según la investigación fiscal, entre las personas sobornadas estuvieron el ex viceministro de Comunicaciones Jorge Cuba y el ex miembro del comité de licitación del metro de Lima Edwin Luyo, ambos con prisión preventiva.

Alan García arrancó su presentación afirmando que iba a responder por sus actos y negó que hubiera recibido alguna coima, directa o indirectamente, de la firma brasileña.

Incluso descartó que sobre el proyecto del metro de Lima hubiera existido “inflación de precios”. No obstante, IDL-Reporteros reveló que el 2013 la contraloría detectó incrementos entre el valor adjudicado y el presupuesto de la obra. Según el órgano de control, la diferencia en el tramo 1 fue de 26,5% y en el tramo 2 de 54,4%.

El ex mandatario también pidió disculpas por el hecho de que “felones”, en alusión a Cuba y Luyo, hubieran “ensuciado este proyecto”, y aseguró que él se limitó a impulsar la obra.

Incluso lamentó no haberle preguntado a Barata “por qué tenía que pagar si el deseo del gobierno era hacer la obra”, y aseguró que si hubiera tenido conocimiento de las coimas, lo habría denunciado a la fiscalía.

Según reveló Barata en su momento, Cuba les ofreció “crear una serie de condiciones técnicas” para que pudieran “tener mayor puntaje técnico y con eso ser beneficiados en el proceso de licitación”.

Sobre el nombramiento de Cuba, Alan García dijo que fue responsabilidad del ex ministro de Transportes Enrique Cornejo, y que a este le corresponde responder por qué Cuba tuvo injerencia en Transportes cuando su despacho era Comunicaciones.

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Negación
Alan García también desmintió el último testimonio de Marcelo Odebrecht a fiscales peruanos en Curitiba (Brasil) en el que afirmó que la anotación “Anuncio Kuntur agora bom para Perú/AG, etc”, escrita en la agenda de su celular, se refería a él.

Según Odebrecht, el líder aprista incentivó a la constructora a ejecutar el gasoducto sur peruano, previamente desarrollado por la empresa Kuntur.

Pese a eso, insistió en que las iniciales “AG”, consignadas en la agenda de Odebrecht, no se refieren a él porque sus iniciales son “AGP”.

Agregó que “AG” podría corresponder a Alejandro Gómez, responsable de la oficina de Odebrecht en Suiza, desde la que se pagaban sobornos a cambio de licitaciones, o la constructora Andrade Gutierrez.

Reiteró que en ningún caso “AG” se consigna junto a apuntes de dinero. Además, descartó cualquier cercanía o relación amical con Odebrecht y Barata.

Con el segundo afirmó que fue “estrictamente de carácter funcional”, y sobre el primero dijo que lo vio pocas veces y que Barata se lo presentó en el 2006.

La presentación de Alan García tuvo algunos momentos de tensión cuando el legislador Mauricio Mulder cuestionó las preguntas de Hernando Cevallos, legislador del Frente Amplio que no integra el grupo y que participó como invitado.

Mulder dijo que había ido a la comisión “para ganar alguito”. Cevallos replicó que García no necesitaba “guardaespaldas ni guardianes”.

El resto de la bancada aprista también asistió y pidió la palabra para secundar a su líder. Incluso en el hemiciclo estuvieron algunos de sus ex ministros, como Mercedes Cabanillas, Luis Alva Castro y Nidia Vílchez.

 


Redacción CiudadColorada.com | El Comercio Peru







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