El juicio al expresidente ecuatoriano Rafael Correa (2007-2017) por el secuestro del opositor Fernando Balda es absurdo e injusto ya que no existen pruebas que lo vinculen, dijo a Sputnik el jurista italiano Antonio Ingroia, que forma parte del equipo defensor del expresidente.


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El juicio al expresidente ecuatoriano Rafael Correa (2007-2017) por el secuestro del opositor Fernando Balda es absurdo e injusto ya que no existen pruebas que lo vinculen, dijo a Sputnik el jurista italiano Antonio Ingroia, que forma parte del equipo defensor del expresidente.

«Este juicio es un caso muy raro, absurdo e injusto, ya que se quiere procesar a un expresidente de la República sin pruebas ni garantías; además, las posiciones de la fiscalía no han sido adecuadas», dijo Ingroia, abogado, exmagistrado y político que integra la Misión Internacional de Observadores creada para la defensa de Correa.

Correa es investigado por la justicia ecuatoriana por su papel en el intento de secuestro del político y exlegislador Balda, cometido en agosto de 2012 en Colombia.

El expresidente, quien reside en Bélgica, tiene una orden de captura internacional en su contra y es uno de los seis acusados de haber programado y ejecutado el secuestro; específicamente se lo señala de haber autorizado el ilícito, según varias versiones de exfuncionarios.

Ingroia calificó el caso como una «historia absurda y surrealista», que fue «literalmente inventada y sin la más mínima prueba» y sostuvo que por su alcance «no es una cuestión local, es una batalla por la verdad, la justicia y la democracia en el mundo a la que no podemos permanecer indiferentes».

Para Ingroia una de las primeras anomalías del juicio tiene que ver con la competencia del fiscal general Paúl Pérez, quien fue nombrado en forma interina tras la destitución del fiscal anterior.
«Esto no sucede en ninguna parte del mundo, pero en Ecuador está pasando», dijo el abogado.
Otra anomalía es el tiempo transcurrido desde que sucedieron los hechos.

«El secuestro ocurrió en el 2012, pero el juicio comienza seis años después, exactamente luego de que pasaran dos meses del mandato de (actual presidente) Lenín Moreno», observó.

La audiencia fue una «cosa rara y absurda», ya que «cuando el defensor de Correa iba a exponer sus argumentaciones y críticas sin ofender a nadie, la jueza lo frenó y el acusador, el señor Balda, le gritó a la jueza que tenía que encarcelar al expresidente», describió.

Ingroia aseguró que Balda fue el «único» que estaba «gritando», que era «agresivo» y que pretendía «intimidar» a Correa y a su abogado.

«Este no es un clima justo ni bueno y lo que muestra es un rompimiento del Estado de derecho; en este momento, hay una situación muy grave de crisis, existe una enfermedad en Ecuador que atenta contra la democracia», afirmó Ingroia.

El jurista italiano se abstuvo de formular conjeturas sobre el proceso.

«Como observador no quiero sacar conclusiones, pero sí quiero señalar que lo que veo son anomalías muy raras que no pasan nunca en ningún lugar del mundo», sostuvo.
Correa calificó el proceso como «una gran farsa, parte de la persecución política al menos contemporánea que ha tenido el país» en un mensaje en su cuenta de Twitter.

El jurista italiano se abstuvo de formular conjeturas sobre el proceso.
«Como observador no quiero sacar conclusiones, pero sí quiero señalar que lo que veo son anomalías muy raras que no pasan nunca en ningún lugar del mundo», sostuvo.

Correa calificó el proceso como «una gran farsa, parte de la persecución política al menos contemporánea que ha tenido el país» en un mensaje en su cuenta de Twitter.
El expresidente también ha acusado a Moreno, su exvicepresidente y excorreligionario, de estar detrás de este juicio contra él.

Los abogados de Correa denunciaron ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) una presunta falta de independencia de las autoridades judiciales de Ecuador.
Los abogados pidieron a la ONU «que investigue los hechos y las presuntas violaciones de los derechos humanos» y recomiende «la adopción de medidas apropiadas para poner fin a esas violaciones».

El 13 de agosto de 2012 en Bogotá, cinco personas interceptaron y embarcaron a Balda a la fuerza en un automóvil que horas más tarde fue detenido por la Policía Antisecuestros de Colombia.

El exlegislador se refugiaba en ese momento en territorio colombiano después de que la justicia de Ecuador emitiera contra él una orden de prisión por atentar contra la seguridad interna del Estado.

Balda había denunciado que en el Gobierno de Correa se ejecutaban acciones de espionaje en contra de opositores y periodistas.

 


Con información de Sputnik







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