Científicos de la NASA han descubierto un nuevo planeta a 13.000 años luz de distancia. Tiene la masa de la Tierra y orbita su estrella a la misma distancia que orbitamos nuestro Sol, pero las similitudes con nuestro mundo pueden acabar ahí. En realidad, se trata de una enorme «bola de nieve», probablemente demasiada fría para poder albergar vida tal como la conocemos, ya que su estrella es muy débil.


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Científicos de la NASA han descubierto un nuevo planeta a 13.000 años luz de distancia. Tiene la masa de la Tierra y orbita su estrella a la misma distancia que orbitamos nuestro Sol, pero las similitudes con nuestro mundo pueden acabar ahí.

En realidad, se trata de una enorme «bola de nieve», probablemente demasiada fría para poder albergar vida tal como la conocemos, ya que su estrella es muy débil.

El planeta extrasolar, bautizado con el nombre imposible de OGLE-2016-BLG-1195Lb, orbita una estrella tan pequeña que los científicos no están seguros de si se trata realmente de una estrella. Podría ser una enana marrón, un objeto semejante, cuyo núcleo no es lo suficientemente caliente como para generar energía mediante la fusión nuclear. Esta estrella particular tiene solo el 7,8% de la masa del Sol, justo en la frontera entre ser una estrella y no serlo.

También podría tratarse de una estrella enana ultra-fría al igual que lo es la prometedora recientemente famosa Trappist-1, alrededor de la cual giran siete planetas apiñados, incluso más cerca de lo que Mercurio orbita nuestro Sol, y todos ellos tienen el potencial de albergar agua líquida. Pero OGLE-2016-BLG-1195Lb sería extremadamente frío, probablemente incluso más frío que Plutón en nuestro propio Sistema Solar, de forma que cualquier agua superficial quedaría congelada. Un planeta tendría que orbitar mucho más cerca de la pequeña y débil estrella para recibir luz suficiente para mantener agua líquida en su superficie.

Descubierto con microlente

 

Este planeta «bola de nieve» también es interesante porque resulta ser «el de menor masa que se ha encontrado a través de microlente», afirma Yossi Shvartzvald, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California, y autor principal del estudio publicado en la revista Astrophysical Journal Letters.

La microlente es una técnica que facilita el descubrimiento de los objetos distantes mediante el uso de las estrellas de fondo como linternas. Cuando una estrella cruza en frente de una estrella brillante de fondo, la gravedad de la estrella en primer plano enfoca la luz de la estrella de fondo, haciendo que parezca más brillante.

Un planeta en órbita alrededor del objeto en primer plano puede causar un punto luminoso adicional en el brillo de la estrella. En este caso, el punto luminoso sólo duró unas pocas horas. Esta técnica ha encontrado los exoplanetas conocidos más distantes de la Tierra, y puede detectar planetas de baja masa que están sustancialmente más lejos de sus estrellas de lo que la Tierra está de nuestro Sol.

Los telescopios terrestres disponibles hoy en día no son capaces de encontrar planetas más pequeños que éste utilizando el método de microlente. Se necesitaría un telescopio espacial de alta sensibilidad para detectar cuerpos más pequeños. El próximo Telescopio de Sondeo Infrarrojo de Campo Amplio (WFIRST) de la NASA, cuyo lanzamiento está previsto a mediados de la década de 2020, tendrá esta capacidad.








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