El COE Metropolitano rescató hoy a una lechuza de campanario de una vivienda en el sur de la capital. El ave fue enviada al Instituto Tueri (Conservación de la Fauna Silvestre de la Universidad San Francisco de Quito), en donde la revisaron.


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El COE Metropolitano rescató hoy a una lechuza de campanario de una vivienda en el sur de la capital. El ave fue enviada al Instituto Tueri (Conservación de la Fauna Silvestre de la Universidad San Francisco de Quito), en donde la revisaron.

Según Andrés Ortega, director del Tueri, se trata de un pichón que tendría aproximadamente tres semanas de vida. Creen que se habría caído del nido en un intento por aprender a volar. Sin embargo, se encuentra bien de salud y no tendría ninguna fractura. De todas maneras, el ave estará bajo observación.

En la revisión médica vieron que sus músculos y esqueleto tienen buenas condiciones. Incluso, encontraron restos de sangre en su pico, por lo que estiman que hasta ahora su madre lo alimentaba.

Los médicos veterinarios, en conjunto con el personal del COE, creen que el ave en los próximos días podría regresar a su nido para reencontrarse con su familia.

Ortega indicó que los Lyto Alba -que es el nombre con el que se los conoce científicamente- son especies de América Latina. Se alimentan de ratones, culebras pequeñas, lagartijas, insectos. Se las conocen como especies que controlan las plagas.

Habitan en las quebradas de Quito, así como en los campanarios, de allí nació su nombre común de lechuzas de campanario.Pueden llegar a medir de 33 a 35 cm de longitud y sus alas poseen una envergadura de 80 a 95 cm. Se las reconoce porque tienen un disco facial con forma de corazón y partes ventrales blancas en forma de T.

 

Fuente: El Telégrafo








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