Según la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), hay 12.309 sancionados más entre enero y julio del 2018 que en igual período del 2017, y la cifra de quienes excedieron la velocidad por encima del rango moderado también creció.


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No importa la hora, conducir por vías como la Simón Bolívar, Mariscal Sucre o Ruta Viva tiene sus riesgos, en las tres los vehículos livianos pueden circular hasta 90 kilómetros por hora, pero la cantidad de conductores que sobrepasan ese límite dentro del rango moderado (entre 90 y 120 kilómetros por hora) ha crecido en este año.

Según la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), hay 12 309 sancionados más entre enero y julio del 2018 que en igual período del 2017. Se trata de un incremento del 17,51%. Y la cifra de quienes excedieron la velocidad por encima del rango moderado también creció: pasó de 324 infractores el año pasado a 361 este año, es decir, un 11,42% más.

En el primer caso la ley dispone una multa del 30% de una remuneración básica unificada (USD 115) y una reducción de seis puntos en la licencia. En el segundo, hay privación de libertad por tres días, multa de un sueldo básico (USD 386) y la pérdida de 10 puntos.

Pero cuando la sanción llega por fotorradar, solo se aplica la multa y no la reducción de puntos ni la detención. Julio Puga, director de la AMT, afirma que si bien no se puede aplicar la sanción completa, los radares ayudan a concienciar a la ciudadanía sobre el riesgo de conducir demasiado rápido, a través del bolsillo.

Al taxista Luis Alberto Acuña no le quedaron ganas de volver a exceder la velocidad. Hace unos meses tuvo que pagar USD 115 por cometer esta infracción en el sur de Quito, en la Simón Bolívar. “Por eso ahora manejo con precaución”.

Las personas que acostumbran usar estas vías ya conocen en dónde hay radares que emiten fotomultas. Muchos reducen la velocidad al acercarse a estos dispositivos y aceleran tras pasar por el control.

Eso es evidente en tramos de la Simón Bolívar como a la altura de la Loma de Puengasí o Nayón, en el km 11 de la Ruta Viva o en la Mariscal Sucre, cerca de la Mañosca. En total, en Quito están instalados 18 dispositivos: seis en la Simón Bolívar, dos más en su prolongación, cuatro en la Ruta Viva, cuatro en la Mariscal Sucre y dos en la Panamericana Norte.

En Quito no se planea comprar nuevos radares. Puga explica que para hacerlo, se requiere un estudio técnico. Los que ahora están funcionando fueron ubicados en sitios de alta accidentabilidad. Se aumentará la cantidad si es necesario. Los que ahora existen reciben mantenimiento cada tres meses y están homologados según los requerimientos de la Agencia Nacional de Tránsito.

Su valor es de USD 150 000. Tienen tres funciones: informan al usuario la velocidad a la que están circulando, emitir una luz led para advertir al conductor si está yendo más rápido de lo permitido y solo si no baja la velocidad tras esta advertencia, es sancionado al pasar junto al dispositivo.

Marcia Martínez, quien aprendió a conducir hace ocho años, cree que los radares ayudan a evitar accidentes, aunque considera que los conductores deben aprender a respetar los límites de velocidad sin la amenaza de una sanción.

Puga recuerda que la responsabilidad en la seguridad vial es compartida. Considera que la práctica de “burlar” los controles se vuelve un perjuicio para todos los conductores, incluyendo aquellos que acostumbran este tipo de prácticas.

Pero subraya que medidas como las fotomultas han ayudado para que la cantidad de accidentes baje en un 18%, los heridos en un 9% y los fallecidos en un 18%, en lo que va de este año en relación con igual período del 2017 (enero -octubre).

La urbe cuenta con dos radares móviles con los que agentes hacen operativos aleatorios. Pero Puga dice que no se puede poner un agente detrás de cada conductor, sino que ellos deben asumir su responsabilidad al volante. Cinturones y llantas

En estos días se realizan operativos para concienciar a la gente sobre el uso de cinturones de seguridad en todos los asientos del vehículo y la importancia de tener llantas con suficiente labrado.

La campaña se ejecuta en la av. Simón Bolívar y en otros puntos como La Marín. En el control un conductor de una camioneta de una sola cabina llevaba a dos mujeres con el cinturón puesto pero el niño no.

 


Con información de El Comercio







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