Rusia responderá de manera contundente a los intentos de privar a las empresas rusas de sus inversiones en Venezuela, declaró el embajador ruso en Caracas, Vladímir Zaemski.


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Rusia responderá de manera contundente a los intentos de privar a las empresas rusas de sus inversiones en Venezuela, declaró el embajador ruso en Caracas, Vladímir Zaemski.

«Si se hacen intentos de privar a las compañías rusas de sus inversiones en la economía del país (Venezuela), responderemos de la manera más dura, utilizando todos los medios del derecho internacional», dijo el diplomático en una entrevista con el diario Rossiyskaya Gazeta.

El embajador ruso reconoció que existen riesgos para las inversiones rusas en el país caribeño, aunque destacó que estos riesgos tienen que ver con «la conducta de Washington» y no con el Gobierno venezolano. 

«Todos nuestros proyectos de inversión fueron acordados conforme a lo establecido por la legislación venezolana y el derecho internacional, por lo que están bajo su protección», subrayó.

Moscú no cesa en su empeño de «convencer a los partidarios de la oposición de que el diálogo no tiene alternativa», pero a la vez es consciente de que «los llamamientos solo por parte de Rusia o China no son suficientes», señaló el diplomático.

«En este sentido, consideramos que figuras internacionales de tanto prestigio como el secretario general de la ONU, António Guterres, o el papa Francisco podrían convencer de ello al ala constructiva de la oposición», dijo.

El embajador reiteró que las diferencias se deben solucionar en una mesa de negociación. 

«Cuanto antes el país logre la estabilización política, antes se podrá proceder a la resolución de los problemas socioeconómicos que afectan al país», enfatizó.

Hoy por hoy, prosiguió, «está bien claro que la situación (en Venezuela) está controlada totalmente por las autoridades legítimas», hecho que quedó patente «durante la fallida ‘avalancha humanitaria’ que intentaron llevar a cabo desde el territorio de Colombia el 23 de febrero el impostor Juan Guaidó y los que lo instigaron».

«Lamentablemente, la amenaza de una intervención militar en ese país latinoamericano sigue vigente hasta la fecha», dijo Zaemski.

Rusia tiene «datos de que EEUU y sus aliados se esfuerzan para aumentar la presencia militar en algunas zonas limítrofes con Venezuela», agregó.

El 5 de enero el diputado Juan Guaidó fue elegido presidente de la Asamblea Nacional, Parlamento unicameral en desacato desde 2016. 

El 23 de enero, dos días después de que el Tribunal Supremo anulara su designación, Guaidó se autoproclamó «presidente encargado» de Venezuela, apelando a un artículo constitucional que prevé esa figura.

El presidente Nicolás Maduro, quien asumió su segundo mandato el 10 de enero tras unas elecciones que la oposición boicoteó, calificó la declaración de Guaidó de intento de golpe de Estado y responsabilizó a EEUU de haberlo orquestado.

Guaidó fue reconocido de inmediato por los EEUU, a los que se sumaron unos 50 países.

Rusia, China, Cuba, Bolivia, Irán y Turquía, entre otros países, siguen apoyando al Gobierno de Maduro.

México y Uruguay se negaron a reconocer a Guaidó, se declararon neutrales y propusieron un diálogo entre las partes para superar la crisis.

 


Con información de Sputnik







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