Tras cinco elecciones presidenciales, Alianza PAIS (AP) pasó de ser la mayor fuerza política del país a estar a punto de desaparecer. Tuvo sus «buenos años», afirman analistas políticas, pero la mala estrategia, falta de estructuras y abandono en el liderazgo lo tienen cayendo al abismo.
Y esa caída se vio en estas elecciones presidenciales. Solo alcanza el 1,54% de los votos con Ximena Peña como candidata presidencial, ubicándola en noveno puesto, es decir, que 138.029 personas optaron por la exlegisladora.
Pero el descenso no solo es en la Presidencia sino en la Asamblea Nacional, donde, según las proyecciones, no logra ni un escaño y está por debajo del 3% de votos.
En otros comicios, el panorama era distinto. Por ejemplo, en las presidenciales del 2013, AP con Rafael Correa tuvo 57,2% de votos; en las generales del 2017 con Lenín Moreno llegó al 51,2%. Y en las legislativas del 2017, AP alcanzó mayoría con 74 escaños y hoy no logra ni un puesto.
La analista política internacional María Belén Loor dice, que aunque César Litardo, quien fue titular del Legislativo y ya era un rostro conocido, no fue suficiente para lograr un espacio. Afirma que la fuerza nunca estuvo en AP sino en el correísmo.
«Podemos darnos cuenta de que AP no es una fuerza política sino el correísmo y con estas elecciones quedó confirmado. El líder era Rafael Correa, salió y quedó una casa vacía. No tuvo ninguna curul, incluso el presidente de la Asamblea, que fue candidato nacional, que debió haber tenido un alcance nacional, no lo consiguió. Es un partido que le costará recuperarse. Y si queda sepultado el tiempo lo dirá», indica.
Pero para la analista política Irene Vélez ya es un movimiento político sepultado. Dice que era una muerte anunciada.
«Cuando hay una ausencia de liderazgo fuerte va a ocurrir la muerte de un partido como fue con AP. Cuando le quitan la cabeza, quitan todo el apoyo, su esencia, entonces qué queda de este partido, qué principios, solo va a quedar en el imaginario de la gente la traición y termina siendo un partido vacío en contenido», menciona.
Alianza PAIS era sinónimo de correísmo hasta finales de 2017 hasta que las bases se dividieron entre morenistas y correístas. La palabra «traición» aún Correa la mantiene sobre Moreno y este a su vez que nunca hubo la «mesa servida».
Esta controversia sumado a los resultados de las elecciones seccionales en 2019, donde AP logró 28 alcaldías, un gran bajón frente a las del 2014 con 68, ya eran predicciones del actual escenario.
Y según la politóloga Rebeca Morla lo remató la baja credibilidad del gobierno de Lenín Moreno, que en mayo pasado era del 14,7%, según la encuestadora Centro de Estudios y Datos (Cedatos-Gallup).
«La poca legitimidad, desconfianza y bajos niveles de popularidad que tiene Lenín Moreno se reducen al manejo de la crisis especialmente del ultimo año. El Gobierno no queda bien parado, además que hay un discurso fuerte de Rafael Correa«, explica.
Morla indica que no todo fue malo para AP, pues considera que el rol de Peña como aspirante fue bueno, pero la historia de la agrupación no le ayudó.
«Creo que Ximena ha hecho un buen trabajo y tuvo un destacable rol en los debates presidenciales. Se preocupó por humanizar cifras, explicarle a la gente de manera clara lo que estaba pasando. Creo que podría encontrar puentes con otra organización y continuar con su carrera. No veo que ella salga perjudicada por haberse lanzado por AP», indica.
Aunque para Loor tanto Peña como Litardo quedaron sepultados políticamente junto al movimiento. Vélez concuerda y agrega que, con el regreso de Correa como líder de Unión por la Esperanza, solo faltaría que AP reciba «la extremaunción».
Las tres analistas políticas señalan que es complicado un «resurgir» de AP, pero solo sería posible si existe un trabajo para crear y fortalecer estructuras.
Ambas concuerdan que esta labor debe ir ligada con jóvenes, a ofrecer nuevos rostros, con ideas sólidas.
«Se necesita un proyecto político concreto, creación de estructuras, bases que le den continuidad. Y este es un llamado de atención a otros partidos para que no les pase esto como AP, que al perder sus cabezas se pierde el partido también», menciona Morla.