El gobierno de la mandataria se ha visto marcado por medidas xenófobas y anti inmigración como denegar solicitudes de asilo a refugiados o implementar una ley que prohíbe prestar servicios de necesidades básicas a migrantes que residan de forma ilegal en el país.


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Uno de los personajes más comentados y que se llevó todas las miradas durante el Mundial de Rusia 2018 fue la presidenta de Croacia, Kolinda Grabar. La mandataria fue ampliamente alabada por la prensa por su personalidad carismática y por haber pagado con su propio dinero las entradas y estadía en el campeonato de fútbol.

Un poco alejada de la figura que la prensa ha construido de ella, la mandataria también es líder de un partido de ultraderecha, con el que ganó las elecciones hace ya cuatro años: la Unión Democrática Croata. Este movimiento se caracteriza por ser antiinmigración y desde que se encuentran en el gobierno, según Amnistía Internacional, han adoptado como política denegar las solicitudes de asilo a refugiados y migrantes. 

Sobre su relación con la ultraderecha internacional, en 2016 la presidenta se tomó una fotografía junto a un grupo de hombres y la bandera de los ustachas, una organización racista y nacionalista que ha participado de varios crímenes contra judíos, serbios y otros pueblos.

Al ser confrontada por este hecho, la mandataria le bajó el perfil a la situación, recordando que esa misma bandera flameó en el parlamento de Zagreb cuando el país luchaba por su independencia. Sin ir más lejos, durante los partidos del mundial a Grabar se le pudo ver interpretando cánticos nacionalistas como apoyo a su equipo.

En la misma línea, en junio de 2017 Croacia reformó su Ley de Extranjería, prohibiendo la  atención de necesidades básicas -como vivienda, salud, alimento- a las personas extranjeras que residieran en Croacia de forma ilegal, sólo exceptuando casos de emergencias graves.

En cuanto a su relación con Chile, hace unos meses la mandataria habló con El Mercurio sobre su relación con algunos empresarios croatas radicados en el país. Allí Grabar mencionó a la familia Luksic por “la valentía de invertir en Croacia durante la guerra, lo que fue tan increíblemente importante para nuestra confianza”.

La presidenta contó que los Luksic invirtieron más de 600 millones de euros en el país, monto del cual también se desprendieron becas de estudio y/o especialización. Grabar fue una de las beneficiarias de la Beca Luksic para cursar un programa ejecutivo en la Universidad de Harvard.

 


Redacción CiudadColorada.com | El Desconcierto.com







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