En medio del clamor de los familiares de reos por información sobre la identidad de las víctimas, a la Penitenciaría llegaron una tanqueta y más personal de las Fuerzas Armadas para tratar de controlar la situación, pues la tarde de este miércoles seguían saliendo de la cárcel carros de Medicina Legal con más cuerpos, la mayoría del pabellón 5.


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Decenas de madres, esposas e hijas de los presos lloraban este miércoles aferradas a sus celulares afuera de la Penitenciaría y de la morgue. Esperaban alguna llamada o un mensaje que confirmara que su familiar había salido ileso de la peor matanza registrada hasta el momento en el sistema carcelario nacional, con un saldo de 116 víctimas, además de 80, según confirmó a las 18:40 el presidente Guillermo Lasso.

En medio del clamor de los familiares de reos por información sobre la identidad de las víctimas, a la Penitenciaría llegaron una tanqueta y más personal de las Fuerzas Armadas para tratar de controlar la situación, pues la tarde de este miércoles seguían saliendo de la cárcel carros de Medicina Legal con más cuerpos, la mayoría del pabellón 5.

El episodio de violencia registrado el martes 28 de septiembre se inscribe en la historia como el capítulo más negro de la Penitenciaría, ya que hasta la fecha no se ha registrado una matanza con esas cifras de víctimas, ni siquiera aquel amotinamiento simultáneo que se dio el 21 de febrero de este año en las cárceles de Guayaquil, Cuenca y Latacunga, cuando la cifra de fallecidos llegó a 80, 22 de ellos en la Penitenciaría.

La delicada situación hizo que el presidente Guillermo Lasso decretara a las 15:00 de este miércoles el estado de excepción en todos los centros carcelarios del país, y desarrollará una reunión del comité de seguridad y citara a una rueda de prensa para las 18:40, en el ECU-911 de Samborondón. Lasso viajó desde Quito para atender la emergencia.

Hasta las 15:00 se había confirmado que eran al menos 45 muertos, sin embargo, el entrante director del sistema carcelario (SNAI), Bolívar Garzón, calculó que se alcanzaría por lo menos los 100 fallecidos en los distintos pabellones de la Penitenciaría del Litoral, producto de la masacre.

“Creo que vamos a llegar a los 100, estamos entrando a los pabellones, no ha sido fácil, ayer la Policía tomó el control a las 14:00, pero anoche hubo otros tiroteos, cosas, explosiones, y hoy de mañana ya tomamos total control, estamos entrando a los pabellones del conflicto y descubriendo más cadáveres”, señaló el principal del SNAI, en entrevista con FM Mundo, desde Guayaquil.

Pero una hora más tarde, el SNAI y la Fiscalía confirmaban por separado que los muertos eran 100, además de 54 heridos, entre ellos dos policías. Y ya a las 18:40, el presidente Lasso daba la cifra más lamentable, 116 muertos. Lasso lamentó los hechos y dijo que, además de decretar el estado de excepción, se iba a atender a los familiares de los reos fallecidos, incluso señaló que se habilitaría un albergue provisional en el Parque Samanes, norte de Guayaquil.

Lasso señaló que las cárceles eran escenarios de disputa entre grupos violentos y ahora el gobierno pondrá en acción en la Penitenciaría un programa de rehabilitación específico, para recuperar el control del estado ecuatoriano en esa cárcel, así como en otros centros.

La cifra de muertos fue subiendo mientras pasaban las horas. El general Fausto Buenaño, comandante de Policía de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), reveló al mediodía que 31 cuerpos ya habían llegado a la morgue desde la Penitenciaría y que 15 más estaban en los ductos del pabellón 5.

Horas después, el director del SNAI dijo que en el pabellón 5, que fue atacado por reos de los pabellones 8 y 9, se hallaron más de 60 cuerpos.

 








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